sábado, 21 de julio de 2007

Entre las tripas


Eso de ser médico es impresionante. Mi hermana dice que vivo como personaje de ER o de 24 por el acelere que me cargo, por la urgencia vital de hacer las cosas, pareciera que todo fuera cuestion de vida o muerte. Y cada vez que me lo dice en tono de burla me encabrono, aunque quiza tenga razón; pero que bonito es hacer las cosas como si fuera la primera vez, o la última.
Aunque es cierto, el rollo médico te acelera la existencia. Nada se compara con la adrenalina que liberas cuando tienes una emergencia, y la satisfacción de resolverla, de ver a un animal recuperado. Aunque siempre hay un poco de miedo, y más cuando te gusta experimentar, nuevas técnicas quirúrgicas, nuevos fármacos, nuevos tratamientos, nuevo algo... no puedes evitar preguntarte si funcionará. Y hasta ahora me ha ido bien, me encuentro en un estado de satisfacción profesional por los tratamientos que he innovado exitosamente (sobre todo de medicina alternativa). Y si, tengo que aceptar que soy adicta a la sangre y al olor de la cirugía, que es como una droga para mi, que me encanta meter la mano entre las tripas del animal para sentir su calor y su pulso, y que supongo hay un cierto sadismo morboso en ello...
En fin, se supone que este sería un post irreverente, pero más bien me salio algo filosófico, prometo escribir algo chistoso para la siguiente.

lunes, 9 de julio de 2007

Acerca de los deseos...

Y pues si, eso de los deseos es complicado.
Uno esperaría que para hacer realidad un sueño, sólo se tuviera que seguir el instructivo adjunto:
Paso #1.- Tome un paño limpio.
Paso #2.- Frote la lámpara energicamente.
Paso #3.- Espere a que el genio aparezca.
Paso #4.- Pida un deseo.
Paso #5.- Disfrute su deseo hecho realidad.
Y es verdad, uno no puede dejar de desear cosas que no van a suceder nunca y anhelar cosas hasta cierto punto imposibles.
Como yo, que no puedo evitar desear... poder hablar con los animales, haría mi trabajo tan fácil. Hasta me puedo imaginar sentada en mi consultorio, con mi bata blanca perfectamente limpia y planchada, la historia clínica del paciente en una mano y una pluma en la otra, como medico de a deveras.
-Y digame usted Don Pulgas, dónde le duele??-
Pero noooo, debo de estar con mi filipina, que aunque la cambie 4 veces al día, siempre parece estar llena de pelos y salpicada de "algo" ademas de babas. Y que dificil es convencer a un paciente de que se quede quieto para sacarle una muestra de sangre cuando éste no habla castellano y le teme al médico...
-En serio, nada mas es un piquetito, ni lo vas a sentir-
En fin, supongo que nunca podré incluir en mi curriculum el hablar con los animales, lo cual tampoco estoy muy segura de que sea lo mejor para mi carrera profesional.
-Y digame, como es que usted planea entrenar la hiena asesina si no tiene experiencia laboral en el área??, y en dos horas según me dice-
-Pues verá, lo que pasa es que puedo hablar con los animales. La hiena habla español verdad??-
No, eso definitivamente no se vería bien en mi entrevista de trabajo.
Pues bien, si algún día consigo por gracia divina hablar con los animales, espero ser capaz de no hecharme de cabeza frente a los clientes, a riesgo de parecer lunática.